Coaching
Imagina que alguien te escucha, pero que no sólo escucha tus palabras sino lo que hay detrás de tus palabras, alguien que escucha los espacios que se crean entre tus palabras. Alguien capaz de captar los matices de tu voz, tus emociones, tu energía, que busca captar todos los modos en los que te comunicas. Alguien que escucha y oye lo mejor que hay en ti incluso cuando tú no lo puedes oír.
Imagina que alguien te asiste y te motiva a seguir adelante en la dirección de tus deseos y de tus metas.
Imagina una relación con alguien que quiere saber más de tus sueños y tus aspiraciones, más sobre lo que te emociona, sobre lo que valoras. Imagina ahora que esa persona te ayuda a aclarar aspectos confusos de tus metas y te proporciona herramientas para actuar y para aprender cómo dirigir tus pasos.
Imagina una relación en la que el otro esté plenamente comprometido con tu avance, más comprometido, si cabe, que tú. Alguien que te va a decir la verdad sobre lo que te pasa, sobre donde están tus puntos débiles y tus puntos fuertes. Alguien que ve lo grande que puedes llegar a ser y que sostiene esa imagen de ti en todo momento, aún cuando tú no puedes mantenerla.
Imagina que alguien te escucha sin juzgarte y permite que tus emociones afloren sin tener que analizarlas. Luego imagina que puedes hablar con esa persona con frecuencia. ¿Cómo afectaría eso a tu cambio?”
(Traducción por: Gloria Méndez, de una definición de coaching de Laura Whitworth)